Uno de los problemas que genera mayor número de consultas en oftamología es el síndrome del ojo seco (SOS). Se estima que este síndrome afecta a un 15 a 30% de la población. Se trata de una alteración ocular que se produce por la disminución de producción de lágrima o por el aumento de la evaporación de agua en la misma, lo que deteriora su composición y calidad y disminuye la capacidad de la película lagrimal para lubricar y alimentar al ojo. Los síntomas principales del ojo seco son: lagrimeo, picor, escozor, ardor, enrojecimiento, dolor, hinchazón y visión borrosa. La sequedad ocular hace más vulnerable al ojo a las infecciones y, en casos graves...