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Aceite de krill NKO®: ácidos grasos omega-3 y mucho más

Aceite de krill NKO<sup>®</sup>: ácidos grasos omega-3 y mucho más

 

Hoy en día se reconoce la gran importancia que tienen las grasas en la alimentación. Su bondad o perjuicio depende del tipo de grasa consumida, de la cantidad ingerida, de su digestión y metabolismo, del propio individuo (estado de salud general, edad, sexo) y de su estilo de vida.

¿Qué son los ácidos grasos?

Existe una variedad de ácidos grasos en la dieta de los seres humanos, en el torrente sanguíneo, en las células y en los tejidos. Los ácidos grasos son fuente de energía y componentes de las membranas celulares. Tienen actividades biológicas que actúan para influir en el metabolismo celular y tisular. A través de sus efectos, los ácidos grasos van a influir en la salud y el bienestar. Pero no todos los ácidos grasos son iguales ni cumplen las mismas funciones. Los ácidos grasos presentes en la alimentación humana se dividen en dos grupos principales: saturados e insaturados.

Los ácidos grasos saturados provienen de productos de origen animal principalmente, y algún aceite vegetal, que ingerimos en la dieta (carne, lácteos y derivados, aceite de coco). Son necesarios como aporte energético, pero su ingesta excesiva puede hacer que se depositen en células, órganos o vasos sanguíneos, perjudicando así nuestra salud.​​​​​​​

​​​​​​​Los ácidos grasos insaturados se dividen en monoinsaturados y poliinsaturados. Los ácidos grasos monoinsaturados los podemos encontrar en vegetales como el aceite de oliva, el aguacate, etc. El principal es el ácido oleico, un tipo de omega-9 que ejerce una acción beneficiosa en el sistema cardiovascular, y el ácido palmitoleico u omega-7, que forma parte de las membranas de las células de las mucosas de todo el organismo. Dentro de los ácidos grasos poliinsaturados se incluyen los omega-3 (ALA, EPA y DHA) y los omega-6 (ácido linoleico, GLA, DGLA y AA). Se les conoce como ácidos grasos esenciales (AGE) ya que nuestro organismo no es capaz de sintetizarlos y, por tanto, deben ser obligatoriamente ingeridos mediante la dieta o suplementación alimentaria.

Es necesario mantener un equilibrio entre los omega-6:omega-3 en un ratio de 4:1 para promover y mantener un estado óptimo de salud. En cambio, la dieta occidental actual suele abusar de alimentos procesados, excesivo consumo de carnes grasas y escaso de pescado, aumentando el ratio a 10-30:1. El desequilibrio a favor del omega-6 produce un exceso de ácido araquidónico (AA), aumentando moléculas “malas” que dirigen nuestro organismo a una situaciones de inflamación, favoreciendo un empeoramiento de nuestra salud de forma progresiva. Por tanto, para promover un estado óptimo de salud, es necesario equilibrar la balanza reduciendo la ingesta de omega-6 y aumentando los omega-3.

¿Por qué son importantes los ácidos grasos omega-3 para la salud?

Actualmente es reconocido y aceptado que la ingesta de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), puede ser muy beneficiosa para el mantenimiento de la salud cardiovascular y la prevención de hiperlipidemias (niveles altos de colesterol y/o triglicéridos), y pueden favorecer otras funciones metabólicas del organismo humano. Existen al respecto muchos estudios que lo corroboran, por lo que la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) ha evaluado con resultado favorable el papel de EPA y DHA en el mantenimiento de la función cardíaca normal y el del DHA en particular, en el mantenimiento de la función normal del cerebro y de la visión.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 84% de la población tiene deficiencia de omega-3. Estos bajos niveles de omega-3 están extendidos por todo el mundo, pero predominan principalmente en occidente. Las regiones costeras de los países y las poblaciones que tradicionalmente dependen de la caza, la pesca y la recolección, tienden a tener unos niveles de omega- 3 moderados o adecuados (Stark et a. Lipid Research, 20 May 2016).

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Para alcanzar un nivel saludable de omega-3, la mejor opción es el aceite de krill

El krill (Euphausia superba) es un pequeño crustáceo que vive en las profundas aguas del Océano Antártico y representa una de las biomasas más abundantes del planeta (aprox. 379.000.000 toneladas). Puede sobrevivir hasta 200 días sin alimento, encogiéndose y utilizando el biomaterial de su cuerpo para almacenar energía en forma de lípidos, aunque no todas las familias de krill almacenan sus reservas de lípidos de la misma forma. Los miembros de la familia Euphausiidae son la única especie conocida donde los fosfolípidos se utilizan como depósito de energía, y en particular, el krill antártico Euphausia superba utiliza la fosfatidilcolina que contiene en ácidos grasos omega-3 como su reserva de lípidos.

Esta característica innata del krill permite que los omega-3 se incorporen de forma más eficaz que otras fuentes de omega-3 en diversos órganos como el cerebro, el corazón y los ojos.

En la composición natural del aceite de krill antártico, además de los omega-3 (EPA y DHA) unidos a fosfolípidos, contiene astaxantina, un potente carotenoide responsable del color rojo del aceite y que, entre otros beneficios, protege el aceite frente a la oxidación, y colina, un nutriente esencial que contribuye al metabolismo normal de los lípidos en el hígado.

¿Qué son los fosfolípidos?

Los fosfolípidos son grasas que constituyen la membrana de cada célula de nuestro cuerpo. Están formados por una cabeza de fosfato y dos colas de lípidos donde, en el caso del aceite de Krill, se encuentra el omega-3.

Los fosfolípidos son importantes para la estructura de la célula ayudando a mantener su fuerza, estabilidad e integridad. Además, transportan e insertan el omega-3 de cadena larga, EPA y DHA en las membranas celulares a través de la sangre.

Gracias a la presencia de los fosfolípidos, el aceite de krill es muy apreciado porque sus omega-3 son más biodisponibles. El primer y más notable beneficio es que se necesita una dosis menor. Otro beneficio destacado es la ausencia de reflujo porque los omega-3 del aceite de krill se mezcla con el contenido estomacal, evitando los problemas digestivos desagradables, frecuentemente asociados con otras fuentes marinas de omega-3.

Calidad del aceite de krill NKO®

El Aceite de krill NKO® se pesca en las cristalinas aguas del océano Sur en la Antártida, y podemos demostrarlo: busca el número de lote en la parte inferior de tu envase de Aceite de Krill NKO®, introduce este lote en nuestra página web (www.cienporciennatural.com/mikrill) y podrá ver las coordenadas exactas donde ha sido pescado.​​​​​​​

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Se pesca mediante una tecnología propia denominada Eco-Harvesting®, que permite mejorar la calidad del ingrediente a la vez que cuida el medioambiente y elimina la posibilidad de capturas no deseadas de otras especies marinas La CCAMLR (Commission on the Conservation of Antarctic Marine Living Resources) autoriza la pesca del krill en el área 48 y la cuota de captura permitida es del 1% del total de la biomasa. Como promedio, el total actual de capturas es 1/3 de este 1%.

El Krill entra vivo al barco y se procesa inmediatamente. Los barcos de pesca de nuestro krill son auténticas fábricas con laboratorios propios. Se elimina el agua que podría alterar el producto y se estabiliza para luego en tierra realizar la extracción. La extracción se basa únicamente en baja temperatura y métodos de fraccionamiento eficientes que eliminan sales no deseadas y otros componentes polares.



​​​​​​​Se regula la cantidad de fosfolípidos, colina y astaxantina mediante la eliminación mecánica de triglicéridos. Se obtiene un aceite de gran pureza y con un omega-3 en forma de fosfolípidos, altamente absorbible, colina y astaxantina.

La encapsulación es muy importante y delicada en este producto. El tipo de capsula es muy importante para evitar la oxidación. En 100% Natural utilizamos la mejor cápsula del mercado (Licaps®) para proteger los aceites contra la oxidación.

Confiamos en la calidad del Aceite de Krill NKO® no solo por su extracción en frío bajo la patente NKO®, que permite conservar intactos todos sus nutrientes, sino porque conocemos todo el proceso de producción desde el origen hasta la comercialización final del producto.

 

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Paula Saiz​​​​​​​

• Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid, especialidad en Biología vegetal.

• Master en Biología Vegetal Aplicada por la Universidad Complutense de Madrid.

• Colaboración en la Unidad de Patología Endotelial del Hospital Ramón y Cajal de Madrid: ensayos clínicos y fitoterapia antiedad.

• Actualmente forma parte del Dpto. Técnico y Documentación y Formación de 100% Natural.

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