En primavera, los cambios de temperatura son habituales en nuestra latitud, un día amanece lloviendo y al día siguiente nos deslumbra un sol radiante. Estos cambios pueden afectar a nuestras defensas y, si no las tenemos en buenas condiciones, podemos sufrir sus consecuencias a través de algún resfriado o catarro. Además, no podemos olvidar las continuas agresiones externas de patógenos (hongos, virus y bacterias) que pueden poner a prueba nuestro sistema inmunológico.

La Vitamina C (o ácido ascórbico), es una de las 13 vitaminas esenciales necesarias para que el cuerpo funcione correctamente. Esta vitamina no puede ser sintetizada por el organismo, por lo que debe obtenerse a través de la dieta. Se trata de un importante antioxidante hidrosoluble (soluble en agua) que juega un papel importante en nuestro sistema inmunológico, apoyando su respuesta y proporcionando protección antioxidante frente a las especies reactivas de oxígeno. Además, ayuda a reducir el cansancio y la fatiga, algo común cuando estamos acatarrados. Por otro lado, la vitamina C también ayuda a la absorción de hierro y a la producción de colágeno, por lo que interviene en los procesos de reparación de la piel y en la cicatrización de heridas, así como de las encías, dientes y cartílagos. Por último, contribuye al funcionamiento psicológico normal.

Natural o de síntesis

La Vitamina C procedente de los alimentos tiene una muy buena biodisponibilidad, es decir, gran parte de la vitamina C que ingerimos es capaz de pasar a la sangre y distribuirse por todos los tejidos del organismo donde es necesaria. Esto puede ser debido a que los micronutrientes de los alimentos no se consumen aislados sino acompañados de otros nutrientes que interaccionan con ellos favoreciendo su absorción o que potencian su eficacia, como pueden ser los flavonoides, un grupo de compuestos que se encuentran en las plantas. Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C, sin embargo, cocer los alimentos o almacenarlos durante un periodo de tiempo largo puede reducir el contenido de esta vitamina. Es por ello que, a pesar de que una persona pueda alimentarse aparentemente de forma equilibrada, sobre todo en momentos o circunstancias de requerimientos aumentados, puede no llegar a cubrir las necesidades con la dieta, por lo que puede ser preciso apoyarla con complementos alimenticios que contengan vitamina C. Los adultos de edad avanzada, por lo general, presentan cierto déficit de vitamina C debido, generalmente, a malos hábitos alimentarios y a problemas de asimilación.

Los complementos alimenticios de vitamina C están comercialmente disponibles en varias formas, cuyo objetivo es mejorar la biodisponibilidad de la vitamina C y que llegue la mayor cantidad posible a las células del organismo. Las principales formas son: ácido L- ascórbico, ascorbato de calcio, carbonato ascórbico, palmitato ascórbico y Éster-C (dehidroascorbato treonato de calcio). Existen pocos estudios científicos que demuestren que estas formas mejoran la absorción de la vitamina C, y es por ello que la investigación actual se encamina hacia la búsqueda de formas que sean mejor absorbidas y, por tanto, que permitan mayores beneficios para la salud.

PureWay-C^®, un nuevo concepto para una mayor absorción

​​​​​​​Todas las membranas de nuestras células están formadas por unas moléculas grasas, denominadas fosfolípidos, y son una importante barrera que regula el funcionamiento​​​​​​​ celular. Los fosfolípidos son importantes para la estructura de la célula porque ayudan a mantener su estabilidad e integridad. Podemos considerar a los fosfolípidos como los ladrillos más importantes para construir debidamente una casa.​​​​​​​

A través de este concepto, se ha desarrollado una forma de vitamina C natural (procedente de cítricos) asociada a lípidos que permite mejorar la absorción de la misma, ya que el cuerpo humano reconoce estos lípidos como nutrientes y permite que la vitamina C atraviese de forma natural las membranas celulares, optimizando su absorción. Esta nueva forma de vitamina C se llama PureWay-C^®.

PureWay-C^® cuenta con estudios clínicos que evidencian su superioridad en absorción y actividad a otras formas de vitamina C. PureWay-C® se mantiene de forma más eficaz en las células humanas y con una absorción más rápida^1,2.

​​​​​​​Esta nueva forma de vitamina C que podemos encontrar en los complementos alimenticios, está formada por:

1. Vitamina C: (ácido L-ascórbico): procedente de cítricos (naranja, limón, lima y mandarina).
2. Metabolitos lipídicos: procedentes de fuentes vegetales. Actúan como transportadores de la vitamina C, para incrementar su absorción intestinal y su distribución en los tejidos, entrando en las células de forma más rápida, segura y efectiva.
3. Bioflavonoides cítricos: compuestos procedentes de especies del género Citrus (naranja, limón, lima y mandarina), entre los que se encuentran: rutina, naringina, hesperidina, neohesperidina, naringenina, hesperitina y nomilina.

PureWay-C^® es un ingrediente de origen 100% natural, estandarizado y puro. Es seguro y amigable para el estómago, y está libre de OMG (organismos modificados genéticamente), alérgenos y productos de origen animal.

Conclusiones

PureWay-C^®, vitamina C asociada a metabolitos lipídicos y combinada con flavonoides, supera a otras formas habituales de vitamina C en términos de absorción y retención en células humanas, lo que hace plausible que pueda ofrecer una eficacia mayor en sus propiedades beneficiosas para la salud.