Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son bien conocidos por sus efectos en la salud, pero hay otro ácido graso que también merece atención: el omega-7. Aunque menos popular, este grupo de ácidos grasos juega un papel importante en el organismo. Dentro del omega-7 encontramos dos formas principales: ácido palmitoleico y ácido palmítico, cada uno de ellos con características y efectos distintos.
El omega-7 es un ácido graso no esencial que nuestro organismo genera a partir de la conversión de la glucosa en ácidos grasos. Muy valorado por sus efectos beneficiosos sobre las mucosas y la piel, es importante conocer la diferencia entre el omega-7 procedente de concentrado de aceite de pescado, con un alto contenido en ácido palmitoleico y mínimo de palmítico, del procedente de fuentes vegetales como el espino amarillo o las nueces de macadamia, cuya cantidad de ácido palmítico es más elevada.
La evidencia científica ha puesto de manifiesto que una de las fuentes más saludables de omega-7, y a su vez menos conocida, es la que procede del pescado en concreto de boquerones y anchoas (ácido palmitoleico purificado), debido a que está libre de grasas saturadas, es un ácido graso monoinsaturado, algo que no ocurre con el omega-7 de procedencia vegetal (ácido palmítico) con un contenido significativo de grasas saturadas.
Por el tipo de dieta actual, los niveles de ácidos grasos saturados en el organismo suelen ser más elevados de lo deseado, con lo que esto implica para la salud cardiovascular, de ahí la necesidad de controlar el consumo de estos y tener en cuenta su presencia si vamos a consumir un complemento de omega-7. También tenemos que saber que no todos los complementos de omega-7 procedentes de pescados son iguales.
Existe un extracto de aceite de pescado patentado, Provinal®, cuyas últimas investigaciones en torno a su ingrediente, el ácido palmitoleico purificado, han puesto de manifiesto que abarca más beneficios para la salud que el ácido palmítico. Además de su acción beneficiosa sobre la piel y las mucosas, ejerce un efecto positivo sobre el metabolismo, el equilibrio de las grasas en el cuerpo y la prediabetes. Es importante saber que, si un mismo complemento de omega-7 tiene ácido palmítico y ácido palmitoleico nuestro cuerpo va a utilizar el palmitoleico para contrarrestar la grasa saturada del palmítico, por lo que realmente el organismo no va a aprovechar los beneficios que el ácido palmitoleico tiene para la salud.
Si necesitas mejorar tus niveles de omega-7 es importante que tengas en cuenta esta diferencia entre un complemento a base de omega-7, ácido palmitoleico purificado (Provinal®), procedente de anchoas o boquerones salvajes pescados de forma sostenible, libre de ácidos grasos saturados (un 50% de palmitoleico purificado y menos del 1% de palmítico), al omega-7 procedente del espino amarillo o de las nueces de macadamia con una concentración más elevada de ácido palmítico (32%).
El ácido palmitoleico se perfila como un nutriente clave. Entender las diferencias entre el ácido palmitoleico y el ácido palmítico nos ayuda a tomar decisiones más beneficiosas sobre nuestra alimentación y bienestar.
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