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Antes de llegar a la depresión

Antes de llegar a la depresión

 

La depresión es una enfermedad del estado de ánimo que, en España, afecta al 4-5% de la población con un mayor riesgo de padecerla en mujeres que en hombres, en una proporción de casi el doble (16,5% vs 8,9%)[1]

Ahora bien, no todo es depresión y no debe confundirse esta con un estado de ánimo bajo y transitorio, normalmente debido al estrés o a circunstancias de la vida que es normal que nos produzcan tristeza, inestabilidad emocional, sensación de fatiga, pesimismo, ansiedad e incluso cambios en el apetito y en los patrones de sueño. Ahora bien ese estado emocional, si no somos capaces de manejarlo y se prolonga en el tiempo, o sus síntomas se presentan con una intensidad más acusada de lo normal, puede convertirse en un factor de riesgo de caer en depresión.

Por eso lo primero sería buscar una ayuda para soportar mejor ese estado y encontrar de nuevo el equilibrio de nuestra mente. Parecería que los tratamientos antidepresivos podrían ser de ayuda en esos casos, sin embargo, los medicamentos antidepresivos se han mostrado inapropiados, además que no están exentos de efectos secundarios.

Papel de la fitoterapia en el manejo de los estados de ánimo bajo

Buscando una ayuda para superar esos estados de ánimo bajo, en los últimos años se han llevado a cabo múltiples investigaciones sobre tratamientos naturales que pudieran ser una alternativa. En los estudios realizados se han encontrando distintas sustancias vegetales que han demostrado ser de utilidad. Entre ellas dos especies vegetales de uso habitual en la cocina y que tienen en común su uso como condimento para dar aroma, color y sabor a los platos. Hablamos del azafrán y la cúrcuma que han demostrado efectos directos sobre los nerotransmisores, mejorando los síntomas de bajo estado de ánimo.

Azafrán

El azafrán (Crocus sativus L.), es bien conocido como condimento de uso universalmente extendido y apreciado. Se ha utilizado con fines culinarios y cosméticos desde la más remota antigüedad y sigue siendo una de las especias más caras teniendo en cuenta su peso. En España el cultivo de azafrán parece que fue introducido por los musulmanes durante los años de dominación de la Península ibérica en la Edad Media. Su nombre parece provenir de la palabra árabe zahafarn, que viene del persa safra y quiere decir “amarillo”.

Aparte del uso culinario, los estigmas y estilos del azafrán (lo que conocemos como hebras), tienen también un uso tradicional medicinal muy antiguo, sobre todo en las medicinas tradicionales asiáticas, donde se han utilizado como digestivo, sedante, antiespasmódico, para problemas menstruales y contra el asma.
En Asia y sobre todo en Persia, se ha utilizado para tratar problemas digestivos y menstruales, pero también ha tenido un amplio y antiguo uso en el tratamiento de los estados de ánimo bajo.

La medicina ayurvédica lo incluye además como una ayuda al organismo para adaptarse a los cambios y al estrés (efecto adaptógeno) y la medicina tradicional China lo utiliza además como afrodisiaco. Es precisamente el uso tradicional, ampliamente descrito en los manuales de medicina tradicional persa para los estados de ánimo bajo, lo que ha propiciado los estudios científicos que se han realizado para descubrir sus mecanismos de acción y su grado de eficacia.

Los responsables del color de los estigmas y estilos del azafrán son unas sustancias conocidas como crocinas, y el olor es debido al safranal. Estos compuestos son sustancias bioactivas que se consideran también responsables de su efecto sobre los estados depresivos y de bajo ánimo. Los estudios farmacológicos, han evidenciado que los componentes del azafrán actúan a nivel de los distintos neurotransmisores (dopamina, norepinefrina y serotonina) que regulan el estado de ánimo. Además, se ha relacionado su capacidad antioxidante con una acción preventiva de la degeneración de las neuronas al proteger contra el estrés oxidativo el sistema nervioso central.

Se han publicado varios estudios, que han demostrado que dosis diarias de 28 mg por día de un extracto de azafrán mejoraban, frente a placebo, de forma significativa los estados de ánimo deprimido, midiendo el efecto con la escala de Hamilton para la depresión, que valora los síntomas clínicos. Otros estudios han valorado la eficacia de los extractos de azafrán frente a otros antidepresivos de síntesis como imipramina o la conocida fluoxetina, demostrando que tenía una eficacia similar a los mismos sin los efectos secundarios de estos.

​​​​​​​Aunque los estudios tienen la limitación de que incluyen un número relativamente pequeño de pacientes, avalan el uso tradicional de los estigmas de azafrán en la medicina tradicional persa para aliviar los síntomas de bajo estado de ánimo. Además, otro estudio reciente, ha demostrado que, a la misma dosis, el extracto de azafrán ayuda a conciliar el sueño y mejora la calidad del mismo, por lo que las personas que lo tomaron se levantaban más despejados por la mañana y se sentían menos cansados desde la primera semana del tratamiento.

El azafrán, a las dosis utilizadas en los estudios clínicos, se ha mostrado seguro. Una dosis de hasta 1,5 g/día no parece originar ningún problema y la dosis letal para un adulto es de unos 20 g, por lo que tiene un amplio margen de seguridad. No obstante, dosis altas pueden ser abortivas y no debe utilizarse durante el embarazo ya que posee propiedades emenagogas y puede estimular las contracciones uterinas.

Cúrcuma

La raíz de cúrcuma (Curcuma longa L), es otro de los condimentos más utilizados en la gastronomía india y uno de los ingredientes del curry, aportando a los platos sabor, aroma y su intenso color amarillo. Tanto el extracto de los rizomas como su principal componente la curcumina (purificada), se utilizan como colorante alimentario y están catalogados en el “Código alimentario europeo”.

Los componentes principales de la cúrcuma son los curcuminoides: curcumina, demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina. El compuesto mejor estudiado es la curcumina, de la que se ha constatado en diversos estudios una actividad beneficiosa a nivel de la función hepática al estimular la producción de bilis y facilitar su salida al intestino en el momento de la digestión. También ha demostrado que tiene acción sobre otros procesos metabólicos, acción antioxidante y acción antiinflamatoria.​​​​​​​

​​​​​​​En lo que se refiere al estado de ánimo, en estudios con animales se ha visto que promueve una mejor actividad de la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, neurotransmisores que como se ha mencionado intervienen en la regulación de los estados de ánimo. En un estudio en que se dividió a los pacientes en tres grupos, se dio a un grupo curcumina (100 mg por día), a otro fluoxetina (20 mg por día) y a otro curcumina más fluoxetina (a las mismas dosis); los resultados mostraron que el número de respondedores al tratamiento era ligeramente inferior para curcumina sola (62,5%) que para fluoxetina (64,7%) y que el mejor resultado se obtuvo con la combinación de curcumina y fluoxetina (77,8%) y que al final del estudio, tras seis semanas de tratamiento, el cambio medio en la puntuación de los síntomas de depresión según la escala de Hamilton, fue similar en los tres grupos y la curcumina fue bien tolerada por todos los pacientes.

Hay que señalar que la curcumina, utilizada como tal, tiene una baja tasa de absorción por lo que en uso alimentario es difícil que pueda tener un efecto más allá de favorecer algunas digestiones y solo si se acompaña de alimentos picantes o grasos, que favorecen su absorción. Sin embargo los avances tecnológicos permiten elaborar extractos que mejoran la absorción de forma espectacular, como la curcumina en forma de fitosoma (curcumina ligada a fosfatidilcolina) que se absorbe 29 veces mejor[2].

A las dosis recomendadas, cúrcuma y curcumina tienen un amplio margen de seguridad. No obstante por su efecto colerético y colagogo sobre la producción biliar, no debe emplearse en caso de obstrucción de conductos biliares, colangitis, cálculos y otras alteraciones biliares. Experimentos in vitro han mostrado una potencial interacción con warfarina, sin embargo, no tiene relevancia clínica. Por falta de estudios se desaconseja su uso en embarazo y lactancia.

Otras plantas útiles

Teniendo en cuenta que, a menudo, los cambios de ánimo a la baja son causados por el estrés o por circunstancias estresantes, las plantas que aumentan la resistencia frente a distintos factores de estrés y mejoran las capacidades físicas y mentales pueden ser útiles en combinación con las anteriores o entre sí para mejorar los síntomas de bajo estado de ánimo. Entre estas plantas están la raíz de eleuterococo (Eleutherococcus senticosus (Rupr. et Maxim) Maxim la esquisandra (Schizandra chinensis (Turcz.) Baillon), la rodiola (Rhodiola rosea) y la ashwagandha (Withania somnífera), todas ellas plantas adaptógenas que merecerán una revisión en mejor ocasión.

Conclusión: Como se puede observar, la fitoterapia puede ofrecer una ayuda eficaz y segura para superar estados transitorios de bajo estado de ánimo, aliviando los síntomas y soportando el organismo para recuperar el equilibrio y evitar una cronificación del problema que podría llevar a estados patológicamente depresivos. En la actualidad se comercializan distintos preparados de combinación entre varias de las sustancias vegetales descritas para aprovechar sus efectos sinérgicos y/o complementarios, combinando aquellas con claro efecto sobre el estado de ánimo con aquellas que pueden mejorar los síntomas de estrés y la ansiedad.

[1] Portalatín B. Radiografía de la depresión en España. El mundo. Salud. 17/02/2015, Disponible en http://www.elmundo.es/salud/2015/02/17/54e34b4ce2704ea6698b457b.html (última consulta setiembre 2017)

[2] Cúrcuma Phytosome®

 

  • American Psychiatric Association, 2013. Diagnostic and Statistical Manual for Mental Disorders, 5th Edition;
  • Kell et al. Complement Ther Med. 2017 Aug;33:58-64. doi: 10.1016/j.ctim.2017.06.001;
  • Noorbala et al. J Ethnopharmacol. 2005 Feb 28;97(2):281-4. Epub 2005 Jan 6
  • Sanmukhani et al. Phytother Res. 2014 Apr;28(4):579-85. doi: 10.1002/ptr.5025.
  • Lopresti et al. Journal of Affective Disorders, 2018. 232:349-357.
  • Lopresti et al. J Psychopharmacol. 2019. 1–13.

Prof.ª Mª José Alonso Osorio​​​​​​​​​​​​​​

  • Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
  • Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
  • Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
  • Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
  • Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
  • Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
  • Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
  • Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
  • Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
  • Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
  • Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.

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