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Coenzima Q10

Coenzima Q10

 

La coenzima Q10, se encuentra presente de forma natural en las mitocondrias y en el núcleo de la célula y abunda especialmente en el tejido del corazón, hígado, riñones y páncreas. Dada su naturaleza liposoluble e hidrófoba también se encuentra en el plasma, asociada a las lipoproteínas de transporte del colesterol.

Esta coenzima es un cofactor esencial en las funciones metabólicas del núcleo celular. Interviene en la cadena de transporte de electrones y participa en la respiración celular aeróbica, generando energía en forma de ATP. En el organismo también actúa como antioxidante, debido a su estructura química y su facilidad para aceptar o ceder electrones.

​​​​​​​Químicamente se trata de una benzoquinona (2,3-dimetoxi, 5-metil, 6-poliisopreno parabenzoquinona) formada por una quinona con una cadena lateral formada por 10 isoprenoides.

En el organismo humano, se sintetiza en el hígado y se obtiene por un aporte exógeno a través de los alimentos, aunque el aporte dietético es muy bajo, dado que se encuentra en pequeñas cantidades en los alimentos que conforman nuestra dieta, y los alimentos que la contienen en mayor cantidad son minoritariamente consumidos (corazón e hígado de cerdo y vacuno).

Diversos factores pueden causar un descenso en los niveles de coenzima Q10 que influirán en los procesos de obtención de energía y en múltiples funciones del organismo.

En la sangre, los contenidos de CoQ10 pueden variar de entre 35mcg/dl a 145 mcg/dl, en función de diversos factores, como la edad, el nivel de ejercicio físico, la alimentación, el estado cardiovascular y el padecimiento o no de patologías crónicas. En el corazón es donde se hallan los mayores niveles de CoQ10 de todo el organismo.

El contenido de coenzima Q10 disminuye en el cuerpo humano en el proceso natural de envejecimiento, pero también puede disminuir por el estrés, por ciertas enfermedades crónicas, o por la toma de algunos medicamentos como las estatinas para bajar el colesterol. Asimismo, la práctica de ejercicio o el sobreesfuerzo físico consumen energía y por tanto aumentan el requerimiento de CoQ10.

Las principales funciones de la coenzima Q10 son convertir la energía de los carbohidratos y los lípidos en forma de energía utilizable, y proteger a células, tejidos y órganos de la acción oxidante y perjudicial de los radicales libres que están implicados en los procesos de envejecimiento y en el desarrollo de problemas de salud como enfermedades cardiacas y cáncer.

Acción antioxidante

La coenzima Q10 es reconocida como antioxidante intracelular. Protege los fosfolípidos de la membrana, la proteína de membrana mitocondrial y la lipoproteína de baja densidad del daño oxidativo. Actúa en el organismo como antioxidante endógeno no enzimático protegiendo a las células, y en especial a las membranas celulares, de los daños que los radicales libres pueden provocar en importantes componentes como el DNA, los lípidos y las proteínas. La CoQ10 tiene además una actividad antioxidante indirecta muy importante pues recupera los radicales tocoferil reduciéndolos a tocoferol. Las concentraciones plasmáticas de CoQ10 se han utilizado como marcador de estrés oxidativo. De hecho distintos estudios han probado la relación directa entre niveles bajos de CoQ10 en el organismo, los procesos de envejecimiento y distintos procesos degenerativos vinculados al estrés oxidativo.

En el cuerpo humano, se presenta en tres formas en función de su estado de óxido/reducción. La forma oxidada se denomina ubiquinona (Q), la forma reducida ubiquinol (QH2) y existe un estado intermedio de óxido-reducción en el que la molécula se denomina ubisemiquinona (Q) (Artuch et al 1999). La forma reducida (ubiquinol) es la que desempeña la función antioxidante en diferentes tejidos, protegiendo las membranas celulares de la peroxidación lipídica. El porcentaje de la esta forma reducida presente en las membranas y en el suero oscila entre el 30 y el 90 % dependiendo del estado metabólico de la célula. Se han estudiado también otras acciones de este compuesto en distintas vías de señalización celular y sobre la expresión génica a través de la producción de peróxidos y de la modulación del estado redox de los grupos tiol (Crane, 2001).

Al ser liposoluble e hidrófugo y al tamaño de su molécula, su administración exógena tiene una baja biodisponibilidad. Cuando se administra como suplemento nutricional, la cantidad de sustancia absorbida dependerá de la naturaleza de la formulación utilizada. Se ha comprobado que la forma reducida (ubiquinol) se absorbe mejor que la oxidada (ubiquinona) y tras su ingestión las concentraciones plasmáticas que se alcanzan son superiores a las obtenidas tras la ingesta de ubiquinona a dosis semejantes, en cualquiera de sus formas galénicas y para dosis bajas, medias y altas (Bhagavan & Chopra, 2006 y 2007)

Debido a estas dos acciones principales (energética y antioxidante) y en base a múltiples estudios la suplementación de coenzima Q 10, se propone como medida complementaria y beneficiosa en diversos trastornos de salud y para el mantenimiento de distintas funciones fisiológicas.

A continuación revisaremos algunos datos de evidencia en algunas de las situaciones en que se ha estudiado su uso como suplemento.

Salud cardiovascular

Las investigaciones sugieren que el efecto beneficioso de la coenzima Q10 en la prevención de enfermedades cardiovasculares se debe principalmente a su capacidad de actuar como antioxidante. Como tal, la coenzima Q10 puede inhibir potencialmente los efectos nocivos que contribuyen a la formación de la aterosclerosis al inhibir la oxidación del LDL colesterol que es una de las causas de formación de ateromas. Además, la CoQ10 es uno de los nutrientes principales del tejido cardíaco, favorece su oxigenación y combate los radicales libres, por lo que puede contribuir al tratamiento y prevención de problemas cardiacos (angina de pecho, infartos, etc.). Estudios realizados han demostrado que suplementos de coenzima Q10 administrados en el plazo de los tres primeros días después de un infarto podían reducir la posibilidad de sufrir nuevos infartos.

​​​​​​​Además, se ha visto que los niveles de coenzima Q10 tienden a ser más bajos en personas con colesterol alto, en comparación con personas sanas de la misma edad. Por otra parte, como se ha mencionado, se ha observado que las estatinas pueden disminuir los niveles naturales de la coenzima Q10 en el organismo y que la suplementación con coenzima Q10 podría ser beneficiosa para los pacientes que toman estatinas, tanto a nivel cardiovascular como para ayudarles a conservar la energía. En los estudios llevados a cabo, el consumo de suplementos de coenzima Q10 ha demostrado corregir la disminución de niveles de CoQ10 producida por las estatinas sin afectar su eficacia en el papel reductor de los niveles de colesterol. También otros medicamentos de acción cardiovascular como los beta-bloqueantes pueden afectar el estatus de CoQ10 por inhibición de los enzimas dependientes de esta coenzima. Lo mismo ocurre con algunos hipoglucemiantes orales como la gliburida, fenformina y tolazamina (AECOSAN 2013).

Hipertensión. Existen evidencias de que el suplemento de CoQ-10, junto al tratamiento médico convencional puede reportar ciertos beneficios. Dos trabajos de 1974 y 1975 ya señalaron que la deficiencia en la actividad de la succinato deshidrogenasa-CoQ10 reductasa en los leucocitos, que lleva a la síntesis de CoQ10, está asociada a la hipertensión esencial (Iwamoto et al. 1974 y Yamagami et al, 1975). En 2007 una revisión (de 12 ensayos clínicos) mostró que el CoQ10 tiene una función hipotensora en pacientes hipertensos consiguiendo reducir hasta 17 mmHg la presión diastólica y 10 mmHg la sistólica, sin efectos secundarios significativos (Pepe 2007). En otro estudio (Young et al 2008) se vio que el efecto antihipertensivo del CoQ10 parece aparecer gradualmente a lo largo de meses de utilización. En pacientes con HTA y diabetes de tipo 2 se ha observado que el CoQ10 consigue reducir la presión arterial y mejorar el control glucémico (Rosenfeldt 2007), lo que alimenta la hipótesis de su beneficio en prevención de riesgos de síndrome metabólico.​​​​​​​

Fuente de energía. Ayuda a la recuperación en el entrenamiento deportivo

La práctica de ejercicio genera una sobrecarga de trabajo del corazón y los músculos que son los órganos que más energía consumen, lo que provoca la liberación de radicales libres que se producen en el proceso de obtener la energía necesaria para realizar estos trabajos. Este aumento de radicales libres produce reacciones de oxidación que se pueden traducir en daño de las células, sobrecarga muscular y fatiga, con disminución del rendimiento físico.

La fatiga es la manifestación del agotamiento de energía. Distintas investigaciones han comprobado que la administración oral de ubiquinol, la forma reducida de la coenzima Q10, mejora el rendimiento físico y la sensación subjetiva de fatiga durante el ejercicio, aumentando la tolerancia al esfuerzo y el rendimiento deportivo, sobre todo en deportes como el ciclismo, el running o el atletismo, que suponen un gran gasto de energía.

Se han realizado diversos estudios en que se ha probado que cuando se realiza deporte o cualquier clase de ejercicio físico, la suplementación con coenzima Q10 puede proteger contra el agotamiento celular y por tanto aumentar la resistencia a la fatiga, o el retraso en su aparición, al mantener la energía de las mitocondrias. Sumando además su acción antioxidante.

Los resultados de un estudio (doble ciego y aleatorio, frente a placebo), realizado en 41 individuos entrenados, mostraron que la administración aguda de 100 mg antes de una prueba de rendimiento físico, dio como resultado una mayor concentración CoQ10 muscular, menor estrés oxidativo SOD en suero, y niveles más altos de MDA durante y después del ejercicio (en comparación con los que tomaron placebo). Asimismo, la suplementación durante 14 días aumentó las concentraciones plasmáticas de CoQ10 y tendió a aumentar el tiempo hasta el agotamiento. Los resultados indican que la suplementación aguda y crónica de CoQ10 puede afectar las respuestas agudas y / o crónicas a varios tipos de ejercicio (Cooke et al 2008). Resultados similares se han obtenido en otros estudios, lo que apunta a que la suplementación con CoQ10 es plausiblemente beneficiosa para los deportistas y también para otros estados de pérdida de energía.

Soporte de la piel (efecto antienvejecimiento)

Los procesos de envejecimiento y foto envejecimiento están asociados con un aumento en la oxidación celular. En parte, puede deberse a una disminución en los niveles de coenzima Q10. La suplementación dietética de éste coenzima se ha considerado una forma efectiva de mantener el nivel, que disminuye tanto con la edad como en ciertas condiciones patológicas. CoQ10 tiene un importante papel en la piel debido a sus propiedades bioenergéticas y antioxidantes y este efecto podría estar relacionado con el contenido de CoQ10 de la piel en sí misma, especialmente en la epidermis. La hipótesis sobre el mecanismo de acción responsable del aumento de CoQ10 epidérmico tras la administración de CoQ10, se basa en que la suplementación con CoQ10 puede aumentar el contenido de CoQ10 en el estrato basal de la piel, y los queratinocitos basales también podrían diferenciarse con una concentración alta de CoQ10 y luego migrar a una posición superior. La investigación en aplicación tópica había mostrado ya que CoQ10 aplicada epicutáneamente durante seis meses conseguía reducir la profundidad de las arrugas en la piel humana envejecida (Hoppe et al 1999).

En cuanto a la incidencia que pueda tener la administración oral, Ashida et al (2004) demostraron que la ingesta prolongada de CoQ10 durante al menos dos semanas redujo la tasa de área de arrugas y el volumen de arrugas por unidad de área en la esquina del ojo. Los mismos autores, en un estudio posterior (Ashida et al 2005), examinaron si la administración de suplementos de CoQ10 eleva los niveles de CoQ10 y CoQ9 en epidermis, dermis, suero y otros órganos, en ratones macho sin pelo de 43 semanas. Establecieron un método que usa HPLC-ECD para cuantificar CoQ9 y CoQ10 simultáneamente, y confirmaron que la ingesta de CoQ10 eleva el nivel de CoQ10 epidérmico, lo que puede resultar en la reducción de arrugas y otros beneficios relacionados con el potente efecto antioxidante y energizante en la piel y mejorar la protección que la epidermis ofrece contra la acción de los rayos ultravioleta.

Estos resultados están de acuerdo con los hallazgos previos de Passi et al. (2003) demostrando que el uso combinado de antioxidantes lipófilos orales y tópicos aumenta sus niveles tanto en el sebo como en el estrato córneo.

Seguridad

La revisión efectuada por el Comité Científico de la AECOSAN (Revista del Comité científico de la AESAN Nº 17 de 2013), concluye que “en conjunto, la evaluación del riesgo obtenida a partir del análisis de los diferentes ensayos clínicos con dosis que iban desde 3.000 mg/día hasta 600 mg/día ha permitido establecer una OSL para sujetos sanos de 1.200 mg/día/persona, ya que a esta dosis no se presentaban efectos adversos atribuibles a la CoQ10, y según los autores (Hathcock y Shao, 2006) (Hidaka et al., 2008) no existe ningún mecanismo conocido que sugiera que los enfermos de Huntington y de la enfermedad de Parkinson sean menos susceptibles a los efectos adversos de la CoQ10 que los adultos sanos”.

Se recomienda control de INR de los sujetos en tratamiento anticoagulante aunque a las dosis utilizadas como suplemento no se ha visto relevancia clínica. Asimismo, no se recomienda su uso en embarazo y lactancia debido a la falta de datos.

Dosificación como complemento alimenticio. La propuesta del Comité de la AESAN (2013) es de una cantidad máxima diaria de 200 mg de coenzima Q10, cantidad que considera aceptable desde el punto de vista de su seguridad en su uso como complemento alimenticio.

 

AECOSAN. Revista del Comité Científico de la AESAN. Nº 17 (2013). Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre condiciones de uso de determinadas sustancias distintas de vitaminas, minerales y plantas para ser empleadas en complementos alimenticios. Pág. 128-135

Artuch R. et al. Ubiquinona: metabolismo y funciones. Deficiencia de ubiquinona y su implicación en las encefalomiopatías mitocondriales.Tratamiento con ubiquinona.1999. Revista de Neurología 29(1):59-63
Ashida Y, Kuwazuru S, Nakashima M and Watabe K, Effect of CoQ10 as a supplement on wrinkle reduction, Food Style 21. 8(6) (2004), 52–54.
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Bhagavan, H.N. y Chopra, R.K. (2006). Coenzyme Q10: absorption, tissue uptake, metabolism and pharmacokinetics. Free Radical Research, 40 (5), pp: 445-453.
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Cooke M, Iosia M, Buford T, Shelmadine, Hudson G et al. J Int Soc Sports Nutr. 2008 Mar 4;5:8. doi: 10.1186/1550-2783-5-8. Effects of acute and 14-day coenzyme Q10 supplementation on exercise performance in both trained and untrained individuals.
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Hoppe U, Bergemann J, Steckel F, et al., Coenzyme Q10, a cutaneous antioxidant and energizer, BioFactors 9 (1999), 371–378
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Tratado de nutrición. Bases fisiológicas y bioquímicas de la Nutrición. Ángel Gil Hernández. Editorial Médica Panamericana. 3ª Edición. 2017
Yamagami T, Shibata N, Folkers K. Bioenergetics in clinical medicine. Studies on coenzyme Q10 and essential hypertension. Res Commun Chem Pathol Pharmacol. 1975 Jun;11(2):273-88.
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Prof.ª Mª José Alonso Osorio​​​​​​​​​​​​​​

  • Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
  • Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
  • Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
  • Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
  • Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
  • Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
  • Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
  • Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
  • Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
  • Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
  • Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.

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