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¿Llegan las alergias o ya estaban ahí?

¿Llegan las alergias o ya estaban ahí?

 

Llega la primavera y parece que aumentan las reacciones alérgicas pero, ¿solo hay alergias en primavera? Veamos si es así.

¿Qué es una alergia? Una alergia es una reacción exagerada del organismo a una determinada sustancia que entra en contacto con el cuerpo y a la cual llamamos alérgeno. Las reacciones alérgicas se producen por una alteración del sistema inmunitario que responde a una falsa alarma ante una sustancia (alérgeno) no nociva, reaccionando como si lo fuera y produciendo anticuerpos que atacan a esa sustancia y desencadenan los síntomas alérgicos.​​​​​​​​​​​​​​

Pero ¿qué es un alérgeno? Es una sustancia que puede inducir una reacción de hipersensibilidad (alergia) en personas susceptibles a ella y que han estado en contacto previamente con esta sustancia. Eso quiere decir que una sustancia que a una persona le puede producir alergia para otras será inofensiva.

En general los alérgenos que se encuentran en el medio ambiente son inofensivos pero en ciertas personas pueden causar una respuesta excesiva de su sistema inmunitario que se traduce en una reacción alérgica. Algunas de estas sustancias se encuentran aumentadas en el medio ambiente en ciertas estaciones del año produciendo lo que se llaman alergias estacionales. Por ejemplo, en la primavera aumentan los pólenes de las plantas y se desencadenan síntomas de rinitis y/o conjuntivitis en las personas sensibles a ellos, que estornudan, tienen la nariz tapada, sufren picor y lagrimeo en los ojos, sienten cansancio y…en definitiva… piensan que la primavera solo les gusta a los poetas y a los cursis…


¿Solo los pólenes desencandenan reacciones alérgicas?

Definitivamente no, son muchas las sustancias que pueden provocar en una persona síntomas de alergia, entre las que más frecuentemente desencadenan estas manifestaciones se encuentran los ácaros, el polvo, los mohos y algunos animales domésticos.

Los ácaros son diminutos artrópodos parientes de las arañas que colonizan diversos tejidos (cortinas, alfombras, colchones, cojines, moquetas, etc.) y el polvo. El polvo causa alergias debido a que está compuesto por una mezcla de materia inorgánica y orgánica como escamas de piel humana, fibras, esporas de hongos, bacterias, virus, pólenes… y ácaros, sustancias todas susceptibles de provocar reacciones de sensibilización. La alergia al moho proviene de sus esporas que al ser inhaladas desencadenan la reacción; los mohos se encuentran en todos los ambientes cálidos y húmedos y tanto en el exterior (tierra, hojas podridas de las plantas, etc.) como en el interior de las casas (cuartos de baño, cuartos de lavado, sótanos, frigoríficos, repisas de ventanas, etc.). En cuanto a los animales domésticos, los síntomas de alergia se desencadenan por la inhalación de partículas de piel (caspa), orina y/o saliva de los mismos.

Pero también otras sustancias como alimentos, medicamentos, latex, metales, perfumes, sustancias liberadas por las picaduras de insectos y otras muchas sustancias, pueden desencadenar distintas manifestaciones alérgicas.

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Síntomas principales​​​​​​​

​​​​​​​Los síntomas se relacionan frecuentemente con el tipo de alérgeno y la vía de entrada en el organismo.​​​​​​​

  • ​​​​​​​En general, los alérgenos que se inhalan producen congestión nasal, picazón en garganta y nariz, producción de moco, tos y, en los casos más graves sibilancias (ruidos al respirar) y dificultad respiratoria.
  • Los alérgenos que entran en contacto con los ojos provocan síntomas de conjuntivitis, es decir: picor de ojos, enrojecimiento, hinchazón y lagrimeo.
  • Los alérgenos que entran en contacto con la piel suelen provocar reacciones locales: urticaria, picazón, síntomas de eczema o ampollas.
  • Ingerir una alimento al que se tiene alergia puede desencadenar reacciones digestivas en los casos más leves (náuseas, vómitos, dolor abdominal, cólicos, diarrea), o reacciones muy graves que pueden resultar mortales.
  • Las alergias a los medicamentos pueden desencadenar síntomas muy variados, desde urticaria o erupciones en el cuerpo a problemas respiratorios, por lo general pueden comprometer todo el cuerpo y pueden desencadenar reacciones fatales.


Enfermedades alérgicas, una preocupación mundial

Según señala el “Libro blanco sobre alergia” de la World Allergy Organization (Organización Mundial de la alergia) la prevalencia de las enfermedades alérgicas va en aumento importante en todo el mundo tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo y se debe de considerar como un principal problema de salud. Según las estadísticas de la organización Mundial de la Salud (OMS), cientos de millones de sujetos en el mundo sufren de rinitis alérgica y se estima que 300 millones tienen asma, enfermedades que afectan notablemente la calidad de vida de estos individuos y de sus familias, y que además generan un impacto negativo en el bienestar socio-económico de la sociedad.

Como se desprende de estos datos, las alergias respiratorias son de las más prevalentes y son variados los alérgenos ambientales que pueden provocar estas reacciones. Se sabe también que éstas aumentan estacionalmente cuando los pólenes se concentran en el ambiente, pero también sufren un repunte en el otoño entre las personas que reaccionan ante los hongos y algunas personas se mantienen en riesgo todo el año debido a su contacto con el polvo o los contaminantes del aire que respiramos. La pregunta es:

¿Se puede apoyar de una forma natural al sistema inmunológico y aliviar los síntomas respiratorios de las alergias producidas por los alérgenos ambientales?

La respuesta es sí. Diversas plantas medicinales y vitaminas tienen acción sobre el sistema inmunológico y pueden ayudar a la recuperación de las mucosas comprometidas en estas reacciones alérgicas.

Así por ejemplo, se ha visto clínicamente que una combinación estandarizada de extractos de alcaparra, hoja de olivo (libre de las proteínas de pólenes que podrían causar alergia), hoja de grosellero negro y raíz de ginseng, aumentó la protección contra las reacciones alérgicas, ayudando al equilibrio del sistema inmunitario en humanos que padecían síntomas alérgicos, al reducir la liberación de histamina (sustancia causante de la reacción) y de otras sustancias que producen inflamación. También se ha visto que la quercitina, sustancia que se encuentra de forma natural en las cebollas, chalotas, manzanas, brócoli, bayas y alcaparras, inhibe de forma natural la formación de histamina y leucotrienos (sustancias que también están implicadas en la reacción inflamatoria que se produce en las alergias). Esta sustancia ha demostrado también su utilidad para disminuir la ​​​​​​​irritación y rojez de los ojos en alérgicos a los pólenes.

Por otro lado sustancias contenidas en las semillas de la uva (llamadas proantocianidinas oligoméricas o PCO) actúan como antiinflamatorios naturales. Por su parte, la bromelaína, enzima que se obtiene del tallo y la pulpa de la piña, ha demostrado tener efectos expectorantes que pueden aliviar la tos y ayudar a evacuar la mucosidad que se produce debido a la inflamación de la mucosa respiratoria como consecuencia de las manifestaciones alérgicas.​​​​​​​

​​​​​​​Sin olvidar el papel que las vitaminas D3, C y B3 tienen en estas patologías. La vitamina D3 se sabe que, aparte de sus importantes funciones en la salud de los huesos, los músculos y la salud cardiovascular, desempeña también un papel importante en la salud respiratoria ya que su déficit se relaciona con asma. La vitamina C constituye una buena ayuda al sistema inmunológico y la vitamina B3 o niacina, ayuda al mantenimiento de las mucosas y a su recuperación.​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Estas mismas sustancias, por su mecanismo de acción de apoyo y equilibrio del sistema inmunitario y efecto antiinflamatorio y reductor de la liberación de histamina, pueden ser útiles no solo para aliviar los síntomas de las alergias respiratorias sino para prevenir y aliviar otros tipos de alergias ya sean de la piel o alimentarias.​​​​​​​​​​​​​​

Medidas que pueden ayudar a prevenir las manifestaciones alérgicas debidas a condiciones ambientales​​​​​​​​​​​​

  • Durante la temporada de polen no tienda su ropa en el exterior, intente secar su ropa en el interior o en una secadora.
  • Ventile la habitación todos los días al menos una hora. A los ácaros del polvo no les gusta ni las corrientes de aire ni el aire fresco. Las concentraciones más bajas de polen se registran en las primeras horas de la mañana, a última hora de la tarde/noche y después de llover. Por lo tanto, elija estos momentos para ventilar la casa.
  • Si tiene alergia a los animales domésticos, pida a alguien que cepille su pelo todos los días. Haciéndolo regularmente perderá menos pelo y así habrá menos en el aire.
  • Si presenta alergias alimentarias, lea los ingredientes que contienen los alimentos procesados pues muchos pueden contener trazas de los alimentos que les perjudican. En el caso de alergias a algún crustáceo o marisco, tenga en cuenta que se pueden producir reacciones cruzadas entre especies parecidas.

 

Prof.ª Mª José Alonso Osorio​​​​​​​​​​​​​​

  • Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
  • Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
  • Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
  • Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
  • Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
  • Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
  • Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
  • Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
  • Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
  • Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
  • Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.

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