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La piel en verano

La piel en verano

 

Llega el verano, el buen tiempo, la ropa ligera y la vida en el exterior. Exponemos nuestra piel al sol, el aire, el agua, las brisas tan deseadas… y no siempre tenemos en cuenta la acción que los elementos tienen sobre nuestra piel y los riesgos de fotoenvejecimiento debido a las radiaciones solares y la acción de los elementos ambientales, incluida la polución.

Por todo ello, el verano es una época en que deberíamos cuidar aún más nuestra piel. Utilizar fotoprotección incluso para ir de paseo, evitar la exposición al sol en las horas de máxima radiación, limpiar e hidratar bien la piel, alimentarse adecuadamente e hidratarse convenientemente, son medidas imprescindibles, pero si queremos proteger la piel, revertir los daños sobre la misma, prevenir el fotoenvejecimiento y mantener en todo momento una piel bella y sana pensemos en algunos nutrientes que nos ayudan desde dentro.

Una buena alimentación tiene un reflejo indudable sobre nuestro estado de salud y bienestar y por supuesto en el estado de nuestra piel. Hoy en día se sabe que pequeños déficits de algunos nutrientes pueden provocar un envejecimiento prematuro y problemas cutáneos. Aunque una alimentación equilibrada debería aportar suficientes nutrientes, en ocasiones las necesidades de algunos se pueden ver aumentadas por distintos factores, entre ellos la edad, el estrés y la acción de los elementos sobre la piel. Por eso es importante conocer qué nutrientes pueden complementar nuestra dieta para favorecer el estado de la piel. A continuación vamos a hablar de algunos de ellos.

Omega 3 protección y prevención del envejecimiento prematuro

Los ácidos grasos omega 3 son ácidos grasos esenciales, es decir que nuestro organismo no puede producirlos en una cantidad suficiente y que hemos de adquirir a través de la dieta. Los ácidos grasos omega 3 de cadena larga (EPA y DHA) son componentes estructurales de las células de nuestro organismo e intervienen en múltiples funciones, teniendo un papel fundamental en el desarrollo, crecimiento y mantenimiento celular. También son elementos estructurales e importantísimos para la piel. Se sabe, que un déficit de ácidos grasos en la piel produce reducción de agua y lípidos, con un desequilibrio en la barrera hidrolipídica y una desestructuración que puede conducir a descamación de la epidermis, alteración en la regeneración celular, sequedad y procesos inflamatorios.

La exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar es uno de los factores predominantes para el envejecimiento prematuro y para el desarrollo de distintos tipos de cáncer de piel.

Afortunadamente las cremas fotoprotectoras han ayudado en gran medida a la prevención, ahora bien, su uso requiere de una aplicación cuidadosa y de renovación periódica de su aplicación, lo que hace que no siempre se haga escrupulosamente y por tanto la piel no esté constantemente protegida.

Varios estudios han demostrado que la ingesta de omega 3 (EPA), además de ayudar a la nutrición de la piel, otorga una protección interna complementaria muy conveniente. De hecho, los resultados de un estudio contra placebo mostraron que la complementación de la dieta con omega 3, reducía significativamente la sensibilidad al eritema solar en el grupo tratado respecto al grupo al que se administró placebo, aumentando la resistencia al eritema producido por UVR, disminuyendo significativamente la expresión de algunos marcadores de carcinogénesis y el daño en el ADN en los linfocitos de sangre periférica. Estos resultados condujeron a los autores a concluir que los resultados sugieren que la suplementación con omega-3 (EPA) puede reducir el riesgo de desarrollo de cáncer de piel en humanos a largo plazo (Rhodes et al 2003).1

En este caso, el aceite de krill resulta en un buen aporte de omega 3 ya que además de EPA y DHA (ácidos grasos omega 3) aporta fosfolípidos que aumentan la biodisponibilidad de estos ácidos grasos. Pero no solo eso, ya que los fosfolípidos son asimismo componentes esenciales naturales de las membranas celulares que refuerzan la barrera cutánea. Además el aceite de krill contiene astaxantina, uno de los más potentes antioxidantes naturales.

Ubiquinol (Coenzima Q10 en su forma reducida)

El Coenzima Q10 es un nutriente natural que se encuentra en todas las células de nuestro cuerpo y que es responsable de la producción de energía celular. No obstante este elemento natural, no siempre lo obtenemos en las cantidades adecuadas de la dieta ya que se encuentra principalmente en el corazón y riñón de los animales y en menor cantidad en carnes y algunos pescados.

​​​​​​​El organismo humano también lo produce, pero su producción disminuye con la edad (a partir de los 30 años) y el consumo aumenta con el ejercicio, el estrés y la actividad física y mental.

La coenzima Q10, es un constituyente de las membranas fosfolipídicas naturales de las células. Se encuentra en el organismo en forma de ubiquinona y en forma de ubiquinol (su forma reducida) y es esta última forma la que realiza el efecto antioxidante.

En la piel, la coenzima Q10 se localiza principalmente en el estrato córneo y es necesario para proteger las capas más profundas de la piel del daño causado por la exposición a la luz ultravioleta.

Es precisamente la exposición a las radiaciones ultravioleta uno de los principales responsables de envejecimiento cutáneo (fotoenvejecimiento), causante de la aparición de arrugas, hiperpigmentación, flacidez de la piel o incluso lesiones cancerosas.

El ubiquinol es un gran antioxidante. Tiene un papel fundamental en el barrido de los radicales libres de nuestro organismo y es capaz de regenerar la vitamina E oxidada, no obstante es el primer antioxidante que se agota en la piel por acción de la radiación ultravioleta (UV)2.

Un estudio realizado por un laboratorio de investigación en alimentos funcionales, encontró que la suplementación oral de un equivalente a 60 mg/día de coenzima Q10, durante dos semanas, podía reducir el área de arrugas en un 33 por ciento, el volumen en un 30% y la profundidad en un 7%. Los autores del estudio señalan que estos resultados son comparables a otros estudios realizados en preparaciones tópicas. Señalan asimismo los autores que se deberían realizar más estudios en un número más amplio de mujeres3].

Asimismo otro estudio (Yashida et al 2004)4 mostró que la suplementación prolongada de CoQ10 en humanos reduce la tasa de área de arrugas y el volumen de arrugas por unidad de área en la esquina del ojo.

Omega 7 hidratación oral de piel y mucosas

Cuando se habla de omega 7 se está hablando del ácido palmitoléico, ácido graso monoinsaturado, no esencial de funciones complejas, aún no del todo dilucidadas. Lo que sí se sabe es que, como otros ácidos graso insaturados, forma parte de las membranas de las células de la piel y las mucosas, resultando imprescindible tanto para su estructura como para su funcionamiento. Los beneficios sobre la piel y las mucosas se han visto corroborados por estudios clínicos.

A medida que avanzamos en edad se ralentiza el metabolismo de las células dérmicas, lo que influye en la composición del manto hidrolipídico de la epidermis y en la capacidad de generar colágeno endógeno en la dermis, que se va mermando sensiblemente. Todo ello provoca un aumento de la flacidez cutánea, sequedad de la piel, falta de elasticidad y la formación de arrugas. Se ha observado que el aporte de una suplementación de omega 7 puede mejorar estos parámetros de forma sensible y visible.​​​​​​​

Un estudio realizado en mujeres con edades comprendidas entre 50 y 70 años, sin patologías cutáneas, estudió el efecto de la administración oral de omega 7 (ácido palmitoléico) sobre el estado de la piel (Yang et al 2009). Se enrolaron en el estudio 60 mujeres que se dividieron en dos grupos de 30 mujeres que se asignaron al azar al tratamiento oral con 4 cápsulas diarias de 500 mg de un aceite con un contenido en omega 7 del 25%, durante tres meses o a la aplicación tópica de una crema nutritiva de noche conteniendo asimismo omega 7. Los parámetros medidos fueron la hidratación (medida con un corneómetro), la elasticidad (medida con un cutómetro), la rugosidad media de la piel y la rugosidad máxima.

Aunque se obtuvieron resultados positivos en ambos grupos, en el parámetro de hidratación el grupo tratado con la crema presentó resultados ligeramente superiores, el tratamiento oral resultó superior en resultados en la medida de la elasticidad, rugosidad media y rugosidad máxima de la piel. Con el tratamiento oral, después de 1 mes se obtuvieron ya mejoras del 33,6% en la hidratación, el 16,3% en la elasticidad, el 3% en la rugosidad media y el 3,6% en la rugosidad máxima. Al cabo de 3 meses la mejora había aumentado al 48,6% en la hidratación, el 25,8% de elasticidad, 7,4% en la rugosidad media y 9,2% en la rugosidad máxima.

Los autores del estudio concluyen que, aparte de los buenos resultados obtenidos con la administración oral, es de notar que las cremas reducen su acción de forma restringida a la piel, mientras la administración oral influye positivamente en todo el cuerpo y sus efectos alcanzan a las membranas mucosas, el corazón y el sistema vascular como se ha demostrado en otros estudios (Yang et al 2009)5.

Como fuentes de ácido palmitoléico, se encuentran algunos vegetales (como el aceite de espino amarillo o las nueces de macadamia) y en fuentes marinas (subproductos de la pesca de la anchoa). En el primer caso (fuentes vegetales) suele venir acompañado de ácido palmítico, ácido graso saturado cuya ingesta no se considera adecuado aumentar por tener ya un aporte demasiado alto al formar parte de muchos alimentos procesados. Es por ello que parece preferible como complemento el ácido palmitoléico de fuentes marinas como el obtenido como subproducto de la anchoa.

A modo de conclusión

En resumen, en verano debemos tener en cuenta que nuestra piel por estar más expuesta a los elementos requiere más cuidados. Protegerse convenientemente de las radiaciones del sol, lavar la piel con agua dulce tras los baños en el mar o la piscina e hidratar bien la piel, son medidas adecuadas para mantenerla en buen estado. No obstante, no debe descuidarse la nutrición desde el interior, una alimentación adecuada es imprescindible, pero como se ha visto complementos alimenticios como el aceite de krill, el ubiquinol y los ácidos grasos omega 7, constituyen nutrientes específicos que pueden ayudar en gran medida, al actuar desde dentro, como elementos estructurales y para proteger del daño de los elementos, limpiar los radicales libres que son factores importantes en el fotoenvejecimiento y promover la hidratación de las capas más internas de la piel previniendo trastornos cutáneos y mejorando el aspecto y la salud de la piel.

 

  1. Rhodes LE, Shahbakhti H, Azurdia RM, Moison RMW, Steenwinkel MJST et al. Effect of eicosapentaenoic acid, an omega-3 polyunsaturated fatty acid, on UVR-related cancer risk in humans. assessment of early genotoxic markers. Carcinogenesis, Volume 24, Issue 5, 1 May 2003, Pages 919–925
  2. Arenas J. El envejecimiento cutáneo y la coenzima Q10. Offarm 2001;20:114-21
  3. Rienecke K. Do CoQ10 Supplements Improve Skin? Livenstrong.com. July 18, 2017. https://www.livestrong.com/article/517238-do-coq10-supplements-improve-skin/
  4. Yashida y, Kuwazuru s, Nakashima M. and Watabe K. Effect of CoQ10 as a supplement on wrinkle reduction, Food Style 21. 8(6) (2004), 52–54.
  5. Yang et al. Effects of oral supplementation and topical application of supercritical co2 extracted sea buckthorn oil on skin ageing of female subjects. J. Appl. Cosmetol. 27, 1-13 (2009)

Prof.ª Mª José Alonso Osorio​​​​​​​​​​​​​​

  • Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
  • Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
  • Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
  • Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
  • Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
  • Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
  • Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
  • Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
  • Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
  • Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
  • Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.

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