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Complementos en el deporte

Complementos en el deporte

 

Practicar algún deporte de forma regular es una buena forma de mantener la actividad física imprescindible para mejorar el estado de salud y prevenir enfermedades. Muchas de las enfermedades más prevalentes hoy en día son consecuencia del sedentarismo y muchas de ellas mejoran con la práctica del deporte. La práctica de deporte disminuye el riesgo de obesidad y de sufrir enfermedades cardíacas y metabólicas, mejora la presión arterial alta, disminuye los niveles elevados de colesterol y otras grasas en la sangre, disminuye los riesgos de osteoporosis y mantiene la musculatura fuerte y flexible, lo que reduce el riesgo de lesiones por caídas o golpes.

Además el ejercicio mejora el estado de ánimo y la autoestima, entre otros muchos beneficios.​​​​​​​​​​​​​​ Sin embargo, para la práctica de deporte se tienen que tener en consideración ciertas precauciones, como llevar una alimentación adecuada, precalentar antes del entrenamiento, conocer los propios límites y hacer estiramientos después de las sesiones.​​​​​​​

Es muy importante también la hidratación. Una buena hidratación es indispensable para evitar la aparición de lesiones, tendinitis, calambres, fatiga, dolor de cabeza, trastornos digestivos y otros problemas. Es imprescindible hidratarse antes, durante y después de la práctica de deporte y beber aunque no se tenga sed, ya que la pérdida de agua durante el esfuerzo puede ser rápida.


No hay recompensa sin esfuerzo y el entrenamiento y la práctica de deporte conllevan un esfuerzo físico que a veces trae consecuencias y puede suponer molestias. Una nutrición adecuada, como se ha dicho es imprescindible y no hay nada que la pueda sustituir. Pero conocer los complementos alimenticios que pueden ayudar en ciertos problemas y situaciones puede ser de gran ayuda.

Protección de la musculatura. Cúrcuma contra el dolor y la inflamación.

Uno de los efectos negativos que la práctica del deporte puede llevar aparejado es la inflamación muscular y el dolor tanto en los músculos como en las articulaciones. La raíz de cúrcuma es un complemento alimenticio muy útil para prevenir las lesiones y recuperar la musculatura de la inflamación.

Como preventivo, la cúrcuma reduce la producción de glucosa en el hígado y aumenta la conversión de glucosa a glucógeno en los músculos, de esta forma se acumula la energía muscular para el ejercicio.​​​​​​​

Cuando se ha producido una inflamación a nivel del músculo o la articulación, la cúrcuma tiene la capacidad de reducir la inflamación siendo capaz de reducir la producción de enzimas proinflamatorias, además su capacidad antioxidante contribuye al efecto antiinflamatorio. Otra de las propiedades de la cúrcuma es la que se deriva por su efecto a nivel hepático ya que tiene la capacidad de aumentar la producción de bilis y proteger el hígado.

Sin embargo, el polvo de la raíz de cúrcuma o los extractos que contienen curcumina (ingrediente principal de la cúrcuma) no se absorben bien, por ello se aconseja utilizar extractos que mejoren su absorción como los constituidos por complejos de cúrcuma con fosfolípidos (fitosoma de cúrcuma). En estos complejos los fosfolípidos hacen de transportador de la curcumina y mejoran significativamente la absorción y eficacia de la cúrcuma.

Fatiga física. Ubiquinol para recuperar la energía.

La fatiga es la manifestación del agotamiento de energía. Distintas investigaciones han comprobado que la administración oral de ubiquinol, la forma reducida del coenzima Q10 mejora el rendimiento físico y la sensación subjetiva de fatiga durante el ejercicio, aumentando la tolerancia al esfuerzo y el rendimiento deportivo, sobre todo en deportes como el ciclismo, el running o el atletismo, que suponen un gran gasto de energía. El nombre de ubiquinol deriva de la palabra ubicuo que significa estar presente en todas partes, debido a que está presente en cada una de las células de nuestro organismo.

De manera natural, el cuerpo humano sintetiza y metaboliza esta enzima, pero debido a varios factores, como la edad, el estado de salud o el esfuerzo hacen que las necesidades aumenten por encima de la velocidad de síntesis. Éste coenzima permite maximizar la obtención de energía a partir de la oxidación de los nutrientes de los alimentos.

El ubiquinol o forma reducida del conenzima Q10 es más eficaz que en forma de ubiquinona, debido a que es en esta forma como se absorbe mejor en el organismo. Además el ubiquinol tiene acción antioxidante mientras la ubiquinona no. Durante algún tiempo solo se disponía de ubiquinona porque era la forma más estable, en la actualidad el desarrollo tecnológico permite obtener por fermentación de levaduras un ubiquinol idéntico al producido por el organismo y en forma estable. Los productos en que el ubiquinol se presenta en forma de solución en aceite con lecitina se absorben fácilmente y tienen una máxima biodisponiblidad.

Protección de las articulaciones

Al practicar deporte una de las partes del cuerpo más castigadas son las articulaciones. Cada deporte afecta a unas u otras, por ejemplo, al correr las articulaciones de las rodillas, columna vertebral y tobillos, son las más afectadas al recibir continuos impactos, los jugadores de tenis sufren además desgaste de las articulaciones de los codos, etc. Las lesiones articulares más frecuentes son las que afectan a los cartílagos y los tendones. El cartílago está constituido por agua (65 a 80%), colágeno, glucoproteinas y condrocitos. La sustancia gelatinosa de la matriz está constituida por carbohidratos denominados glucosaminoglucanos (GAGs).

El colágeno es la proteína más abundante en nuestro organismo (25%) y es un componente fundamental de tejidos conjuntivos, como los tendones y el hueso, donde realiza una función estructural dando soporte y resistencia. El colágeno, no es una proteína única, se trata de una familia de moléculas estrechamente relacionadas, pero genéticamente distintas. Se describen varios tipos de colágeno que se diferencian entre ellos, por la forma en la que están distribuidas sus fibrillas, existen hasta 21 tipos de colágeno en los mamíferos, pero los más conocidos son el tipo I, II, III y IV.

El colágeno tipo II es el que podemos encontrar en el tejido conjuntivo de las articulaciones. Dentro de los colágenos de tipo II, podemos encontrar varios tipos de acuerdo con la estructura química en la que se encuentre (ver tabla). A diferencia de los colágenos hidrolizados, el colágeno “nativo” tiene un mecanismo de acción diferente y único. Actúa mediante un proceso que se llama tolerancia oral en el que participa el sistema inmune y facilita que, con una dosis pequeña de solo 40 mg/día, se consigan los resultados deseados.

Podemos completar la acción del colágeno con vitaminas y minerales que ayuden a mantener la función e integridad de las estructuras anexas dentro y fuera de las articulaciones, como los cartílagos, los tendones y los ligamentos: vitamina C y D, manganeso y cobre.

​​​​​​​Fortalecimiento de los huesos y prevención de la osteoporosis. Coral marino, vitamina K y vitamina D.

Igual que al hacer deporte los músculos se desarrollan y vuelven más fuertes, el ejercicio ayuda al desarrollo de los huesos al promover la formación de masa ósea. Sin embargo, el hueso no es una estructura rígida y estática, es un tejido vivo y dinámico que se regenera y remodela constantemente. Está formado por una matriz proteica, en la que se incrustan minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el flúor, todos ellos necesarios para conformar su estructura. El proceso de remodelación se efectúa en dos fases, en la primera se desmineraliza el hueso en un proceso de reabsorción, en la segunda fase el hueso se remineraliza y reconstruye en el proceso de formación. El ciclo completo de remodelación tarda meses en realizarse, por lo que en el mismo hueso coexisten zonas en que se reabsorbe mientras que otras áreas están en etapa de formación. Para mantener la salud, los huesos precisan del suficiente aporte de minerales. La falta de minerales y por tanto una mala calidad de hueso aumentan el riesgo de rotura al hacer deporte.

​​​​​​​El coral marino se forma por la agregación colonial de pequeños animales marinos (pólipos) que ingieren los minerales presentes en el agua de mar de forma ionizada y segregan luego para formar el exoesqueleto protector. El polvo de coral está compuesto principalmente de carbonato cálcico, contiene además carbonato magnésico y trazas de 70 minerales de acción sinérgica. Al ser previamente asimilados por un animal, estos minerales están en forma orgánica lo que los hace más asimilables por el cuerpo humano. Una cantidad adecuada de calcio y magnesio ayuda asimismo a prevenir los calambres en los músculos. Otra propiedad del coral marino es que resulta alcalinizante para el organismo y puede ayudar a regular la acidosis que puede producir la práctica de ejercicio.

Por otro lado, una buena utilización del calcio requiere que éste se concentre en el lugar correcto, es decir, en las estructuras óseas y lejos de las paredes de las arterias, donde su depósito es perjudicial, ya que facilita la calcificación de los ateromas (placas de colesterol en venas y arterias), que pueden acabar desprendiéndose y generando coágulos y tromboembolismos. Esta tarea depende de la síntesis de las proteínas dependientes de la vitamina K2 (menquinona), la osteocalcina y una proteína llamada GLA que se encuentra en la matriz. Esta reacción es esencial para una óptima y saludable utilización del calcio.

Por su parte la vitamina D es imprescindible para facilitar la absorción del calcio de los alimentos, por lo que la sinergia del calcio y ambas vitaminas son una ayuda para aprovechar el calcio, es decir, para fijarlo en los huesos y mantenerlo lejos de las arterias.

 

Prof.ª Mª José Alonso Osorio​​​​​​​​​​​​​​

  • Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
  • Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
  • Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
  • Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
  • Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
  • Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
  • Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
  • Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
  • Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
  • Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
  • Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.

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